Hipertensión Arterial: Riesgo y Consecuencias
La presión arterial es la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo. Hipertensión es el término que se utiliza para describir la presión arterial alta.
¿Cómo identificar la Presión Arterial?
Para medir tu presión arterial, el médico general, enfermera o un especialista colocará un brazalete inflable alrededor del brazo y medirá tu presión arterial mediante un aparato llamado tensiómetro.
La medición de la presión arterial, que se mide en milímetros de mercurio (mm Hg), consta de dos números. El primero, mide la presión en las arterias cuando el corazón se contrae para expulsar sangre (presión sistólica). El segundo, mide la presión en las arterias cuando el corazón se relaja (presión diastólica).
Tienes hipertensión arterial, si tu presión arterial sistólica es igual o mayor a 140 mmHg, y/o tu presión arterial diastólica es igual o mayor a 90 mmHg, medidas en el consultorio. A veces es necesario confirmar el diagnóstico con una medición de la presión arterial en forma ambulatoria durante 24 horas.
Causas
- La cantidad de agua y de sal que tienes en el cuerpo
- El estado de los riñones, el sistema nervioso o los vasos sanguíneos
- Tus niveles hormonales
Tu eres más propenso a que te digan que tu presión arterial está demasiado alta a medida que envejeces. Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva.
Es importante tener en cuenta que la hipertensión arterial aumenta la probabilidad de sufrir un accidente cerebrovascular, un ataque cardíaco, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal o muerte prematura.
Tipos de Hipertensión Arterial
Existen dos tipos de hipertensión:
Hipertensión primaria (esencial):
En la mayoría de los adultos, no hay una causa identificable de presión arterial alta. Este tipo de hipertensión, denominada hipertensión primaria (esencial), suele desarrollarse gradualmente en el transcurso de muchos años.
Hipertensión secundaria:
Algunas personas tienen hipertensión causada por una enfermedad no diagnosticada. Este tipo de presión arterial alta, llamada hipertensión secundaria, tiende a aparecer repentinamente y causa una hipertensión más alta que la hipertensión primaria y puede ser más difícil de controlar.
Diversos trastornos y medicamentos pueden producir hipertensión secundaria, entre ellos:
- Apnea obstructiva del sueño.
- Problemas renales.
- Tumores de la glándula suprarrenal.
- Problemas de tiroides.
- Ciertos defectos de nacimiento (congénitos) en los vasos sanguíneos.
- Ciertos medicamentos, como las pastillas anticonceptivas, los antigripales, los descongestionantes, los analgésicos de venta libre y algunos medicamentos recetados.
- Drogas ilícitas, como la cocaína y las anfetaminas.
Factores de Riesgo
Hay muchos factores que aumentan el riesgo de presentar hipertensión arterial, incluidos los siguientes:
La edad:
El riesgo de hipertensión aumenta con la edad. Hasta aproximadamente los 64 años, la presión arterial alta es más común en los hombres. Las mujeres son más propensas a desarrollar hiértensión después de los 65 años.
Raza:
La hipertensión es particularmente común entre las personas con ascendencia africana, la cual se desarrolla, a menudo, a una edad más temprana que en los blancos. Las complicaciones graves, como el accidente cerebrovascular, el ataque cardíaco y la insuficiencia renal, también son más comunes en personas con ascendencia africana.
Antecedentes familiares:
La hipertensión tiende a ser hereditaria.
Tener sobrepeso u obesidad:
Cuanto más pesas, más sangre necesitas para suministrar oxígeno y nutrientes a tus tejidos. A medida que aumenta el volumen de sangre que circula a través de los vasos sanguíneos, también lo hace la presión sobre las paredes arteriales.
No hacer actividad física:
Las personas inactivas tienden a tener una mayor frecuencia cardíaca. Cuanto más alto sea tu ritmo cardíaco, más esfuerzo debe hacer el corazón con cada contracción y más fuerte es la fuerza que se ejerce sobre las arterias. La falta de actividad física también aumenta el riesgo de sobrepeso.
Consumo de tabaco:
Fumar o masticar tabaco no solo eleva la presión arterial temporalmente, sino que los químicos del tabaco pueden dañar el revestimiento de las paredes arteriales. Esto puede hacer que las arterias se estrechen y aumente el riesgo de enfermedad cardíaca. El tabaquismo pasivo también puede aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca.
Demasiada sal (sodio) en la dieta:
Demasiado sodio en tu dieta puede hacer que el cuerpo retenga líquidos, lo cual aumenta la presión arterial.
Muy poco potasio en la dieta:
El potasio ayuda a equilibrar la cantidad de sodio en las células. Si no incluyes suficiente potasio en tu dieta o no retienes una cantidad suficiente de dicho potasio, se puede acumular demasiado sodio en la sangre.
Consumir demasiado alcohol:
Con el paso del tiempo, el consumo excesivo de alcohol puede dañar el corazón. Tomar más de un trago al día para las mujeres y más de dos tragos al día para los hombres puede afectar la presión arterial.
Si bebes alcohol, hazlo con moderación. Para los adultos saludables, beber con moderación significa una bebida al día para las mujeres y dos bebidas al día para los hombres.
Estrés:
Los niveles altos de estrés pueden provocar un aumento temporal de la presión arterial.
Ciertas afecciones crónicas:
Ciertas enfermedades crónicas también pueden aumentar tu riesgo de hipertensión, como la enfermedad renal, la diabetes y la apnea del sueño.
En ocasiones, el embarazo también contribuye a la presión arterial alta.
La mayoría de las personas con hipertensión no tienen signos ni síntomas, incluso si las lecturas de presión arterial alcanzan niveles peligrosamente elevados.
Algunas personas con hipertensión pueden tener dolor de cabeza, dificultad para respirar o sangrado nasal, pero estos signos y síntomas no son específicos y, por lo general, no se presentan hasta que dicho trastorno alcanza una etapa grave o potencialmente fatal.
¡Se deben tomar medidas a tiempo!
El exceso de presión sobre las paredes de las arterias que provoca la presión arterial alta puede dañar los vasos sanguíneos y los órganos como corazón, riñón y cerebro. Mientras más alta sea la presión arterial y más tiempo pase sin controlarse, mayor será el daño.
La hipertensión arterial no controlada puede ocasionar complicaciones como las siguientes:
- Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular: La hipertensión puede endurecer y engrosar las arterias (aterosclerosis), lo cual puede ocasionar un ataque cardíaco, un accidente cerebrovascular u otras complicaciones.
- Aneurisma: El aumento de la presión en las paredes de las arterias generando la aparición de protuberancias con disminución de la resistencia de la arteria, lo que facilita la ruptura con posibilidad de comprometer la vida del paciente.
- Insuficiencia cardíaca: Para bombear la sangre contra la presión de los vasos sanguíneos que subió, el corazón debe realizar mayores esfuerzos. Esto hace que las paredes de la cámara cardíaca encargada del bombeo se engrosen. Con el tiempo, el músculo engrosado tiene más dificultades para bombear la cantidad suficiente de sangre para satisfacer las necesidades del cuerpo, lo que puede ocasionar insuficiencia cardíaca.
- Vasos sanguíneos debilitados y estrechados en los riñones. Esto puede provocar el funcionamiento anormal de estos órganos.
- Vasos sanguíneos engrosados, estrechados o desgarrados en los ojos. Esto puede ocasionar la pérdida de la vista.
- Síndrome metabólico: Este síndrome es un grupo de trastornos del metabolismo corporal, estos trastornos pueden incrementar las posibilidades de que tengas diabetes, enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
- Problemas con la memoria o el entendimiento: La hipertensión sin controlar también puede afectar tu capacidad para pensar, recordar y aprender. Los problemas con la memoria o con la comprensión de conceptos son más frecuentes entre las personas con presión arterial alta.
- Demencia: Las arterias estrechadas o bloqueadas pueden limitar el flujo de sangre hacia el cerebro, lo que puede ocasionar un tipo de demencia (demencia vascular).
¿Cómo tratar la hipertensión arterial?
Cambiar el estilo de vida es muy importante en el control de la hipertensión. El médico puede recomendar los siguientes cambios en el estilo de vida:
- Llevar una dieta con menos sal lo cual es saludable para el corazón.
- Realizar actividad física regular.
- Mantener un peso saludable o perder peso si tienes sobrepeso u obesidad.
- Limitar la cantidad de alcohol y tabaco que consumes.
- Controla el estrés. Reduce el estrés lo más que puedas. Practica técnicas de superación saludables, como relajación muscular, respiración profunda o meditación.
- Controla tu presión arterial en el hogar. El control de la presión arterial en el hogar puede ayudarte a controlar de cerca tu presión arterial, ver si la medicación está funcionando, e incluso alertarlos a ti y a tu médico sobre posibles complicaciones.
- Si tu presión arterial está controlada, consulta al médico respecto de con qué frecuencia debes controlarla.
- Practica técnicas de relajación o respiración profunda lenta. Practica respirando lento y hondo para relajarte.
- Controla la presión arterial durante el embarazo.
Sin embargo, en ocasiones los cambios en el estilo de vida no son suficientes. Además de la dieta y el ejercicio, es posible que el médico recomiende medicamentos para bajar la presión arterial.
Referencias: